-Tu crees que vas a poder contra mi-le tocó el rostro con el dedo indice con el propósito de provocarlo aún -mas.
-No te tengo miedo- salio de su boca un aroma a hierbas y limón. Con un movimiento algo brusco le giro la muñeca dándole un ligero dolor a ella.
-Me alegro, Examir esta por venir y no se quedara con los brazos cruzados-
-Ni lo esperaría de él- le rozo con el aliento los suaves labios.
-Me voy, pero me volverás a ver, es una promesa- le marcó en la piel su firma y se esfumo como la sal en el agua.
Trilian se quedó unos minutos solo hasta que la noche llegó y con ella Brinia.
-Me han dicho que me estabas buscando-le besó el cuello para luego sentarse en sus piernas.
-Necesito un Ándriz, lo más rápido posible-
-¿Un Ándriz? para que..para que.. lo quieres-
-Para que quieres tú un Ándriz, no creo que para la Paz mundial-
-Pero llamar un Ándriz implica una muerte Santa-
-Por eso te lo pido a ti, encárgate de eso-le dio un beso en la boca para terminarla de convencer.
-Meterse con Demonios negros no es juego, pero está bien, si me lo pides así mañana al primera luz del alba tendrás un Ándriz aquí- no había tiempo que perder y salió como brisa por la ventana del balcón